Terapia en fibromialgia, fatiga crónica y otros SSC
TERAPIA EN FIBROMIALGIA, SFC y OTROS SSC
En este apartado te voy a hablar desde el punto de vista profesional, pero también desde el personal.
Se llama Síndromes de Sensibilización Central (SSC) a un conjunto de enfermedades neurobiológicas que lo que tienen en común es que el sistema nervioso y el sistema inmunológico de la persona que las padece se activa de forma excesiva (hiperexcitabilidad e hipersensibilidad) cuando se enfrenta a infecciones, productos químicos, campos electromagnéticos, fármacos, estrés… Además, esa respuesta exagerada se mantiene en el tiempo, aunque el estímulo que la desencadenó haya desaparecido: son enfermedades crónicas.
Forman parte de este grupo procesos como la fibromialgia (FM), el síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica (SFC/EM), la sensibilidad química múltiple (SQM), la electrohipersensibilidad (EHS), el síndrome de intestino o colon irritable (SII) o el síndrome de las piernas inquietas (SPI), entre otros.
Cada uno de estos síndromes tiene algunos síntomas predominantes (por ej. en la FM el dolor, en la SFC/EM el cansancio, en la SQM la reactividad a los químicos…), pero hay muchos síntomas comunes en todos ellos, como el dolor generalizado, una fatiga que no se recupera con el reposo, alteraciones cognitivas (dificultad para pensar, para concentrarse, para recordar…), sueño no reparador o trastornos gastrointestinales, siempre sin una causa médica o psicológica que aparentemente los justifique.
Estos síndromes son relativamente nuevos en el campo médico-científico y están aún en investigación. No se sabe mucho de las causas que los provocan, pero sí que hay algo que está haciendo funcionar de forma incorrecta esos sistemas nervioso e inmunológico. Esa es la explicación de que muchas personas presenten más de uno de estos síndromes a la vez.
En 2014, después de unos años de sentirme mal, me diagnosticaron dos de estos síndromes: la SFC/EM y la FM. Por lo tanto, sé de primerísima mano el impacto que estas enfermedades tiene en la vida de las personas, que hay un antes y un después. Sé, también, que muchas mujeres (son síndromes predominantemente femeninos) se enfrentan solas a estas realidades, sin apoyo, ni comprensión, ya no sólo por parte de familiares, amigos o en el entorno laboral, sino muchas veces incluso por parte de los médicos y especialistas que consultan, los cuales carecen de formación y, a menudo, de empatía.
El proceso de diagnóstico es largo y habitualmente costoso, y no sólo en términos económicos. Al no haber pruebas diagnósticas específicas, el diagnóstico se hace por la clínica que presenta el paciente, es decir, por lo que dice que le pasa, y también después de descartar otras enfermedades orgánicas o psicológicas que podrían explicar ese conjunto de síntomas. Todavía es hoy que muchos profesionales de la salud consideran que se trata de enfermedades psicológicas y derivan a las personas afectadas a psicoterapia porque lo que les pasa es “que están deprimidas”. Y a veces es cierto, tienen depresión, pero eso no sólo no es incompatible con padecer un SSC, sino que a menudo es, precisamente, una consecuencia de padecerlo.
Entonces, si no es un problema de salud mental, ¿para qué voy a ir a un psicólogo?
Todos los especialistas coinciden en que el tratamiento de los SSC debe ser siempre combinado, valorando las opciones para cada paciente: terapia farmacológica, psicológica, rehabilitadora–física y educacional–social.
La terapia psicológica no va a “curar” tu SSC, puesto que es una enfermedad orgánica, pero puede ayudarte a aceptar y adaptarte a tu nueva realidad si tienes dificultades con eso. Por ponerte una similitud, es como quién acude al psicólogo para asimilar que ha tenido un accidente de tráfico y se ha quedado postrado en una silla de ruedas. Por otra parte, las estadísticas dicen que un alto porcentaje de pacientes con estos síndromes sufren también de ansiedad o depresión.
Hay un amplio consenso profesional en que la terapia cognitivo-conductual contribuye a la mejora de la calidad de vida de las personas que padecemos estos síndromes. Con ella, te ayudaré a:
- Conocer, comprender y atender mejor tus síntomas.
- Manejar tus emociones y el estrés, ya que está más que demostrado que hace empeorar estas enfermedades.
- Sobrellevar mejor el dolor.
- Adquirir una buena higiene del sueño.
- Mejorar tu memoria y capacidad de concentración.
- Desarrollar una actitud positiva hacia la enfermedad y no hacer de ella tu centro vital.
- Psicoeducación y acompañamiento a familiares.
- Tratamiento de otros trastornos psicológicos asociados, si los hubiera.
Por último, creo sinceramente que mi doble vertiente de profesional/paciente puede ser un plus a la hora de ayudarte.