Seremos un equipo en la búsqueda de tu bienestar
Seguro que tienes alguna idea, probablemente has visto algún ejemplo en las películas. Pero la mayoría de las personas desconocen en qué consiste exactamente una terapia psicológica y creen, erróneamente, que el psicólogo es alguien que les va a escuchar y dar consejos para solucionar sus dificultades y ayudarles a ser feliz. Eso no es una terapia. Eso es lo que hacen (y generalmente muy bien) esas personas de tu círculo a las que recurres como confidentes u orientadores, sea un amigo, un profesor, tu padre o tu peluquera, y no por ello se convierten en psicólogos.
La terapia psicológica o psicoterapia, por el contrario, es un tratamiento de salud mental diseñado para promover el cambio de los pensamientos, creencias, sentimientos y conductas que puedan haber generado malestar y problemas en la salud mental de las personas. En este proceso, terapeuta y paciente establecen una relación de confianza mutua y se comprometen a participar de forma activa para conseguir unos objetivos que previamente consensúan, orientados a mejorar el bienestar de la persona que ha acudido a buscar ayuda.
Así, lo que define a la psicoterapia es que se trata de una relación profesional, en la que un psicólogo altamente cualificado, formado en técnicas científicas y entrenado en habilidades específicas para promover el cambio psicológico, te aceptará de forma incondicional, sin juzgarte le cuentes lo que le cuentes; tratará toda la información con la más estricta confidencialidad (salvo en los supuestos previstos por la ley); te dotará de herramientas, técnicas y recursos para conseguir los objetivos terapéuticos y recibirá unos honorarios a cambio de sus servicios. Por tu parte, debes comprometerte firmemente con tu proceso de cambio, es decir, tienes que querer cambiar. Eso implica ser activo, constante, honesto y sincero, y realizar las técnicas y ejercicios que te paute el psicoterapeuta.
Por último, debes saber que dentro de la psicología hay diferentes escuelas o corrientes teóricas, lo que se va a traducir en maneras diferentes de trabajar. Así, por ejemplo, está la terapia psicoanalítica, la gestáltica, la cognitivo-conductual, la humanista, la sistémica, la de aceptación y compromiso, la terapia por EMDR, etc. Conocer las características de cada una te ayudará a elegir la más adecuada para ti.